Recuerdo que enmis épocas de estudiante, los maestros estaban en contra del uso de dispositivos digitales los que incluían los videojuegos, relojes con efectos de luces, pero entre todos resaltaba la calculadora. ¿Si algo nos facilita la vida para qué prohibirlo?
A veces me pregunto qué hubiera pasado si nos hubieran prohibido los libros porque todo el contenido visto nos lo ha dicho una persona y tenemos que memorizarlo o podríamos ser castigados o muertos si nos atrevíamos a usar un libro. Creo que sí pasó y mi subconsciente lo está retomando. ¿Para qué estar en contra de las herramientas?

Es cierto, los aparatos digitales, al ser portables, es decir, poder llevarlos casi a cualquier lugar por su tamaño pequeño, temían algunos profesionales que éstos aparatos generaran más consecuencias negativas que positivas. Y cómo no, si se encontraban cosas como lo siguiente: 

En una carrera de 10 autos, 5 eran amarillos y 5 rojos. Chocó 1 y quedaron 9 en la contienda. Entre los 3 mejores tiempos, el piloto ganador se llamaba…


Un viejito de 70 años se cayó del piso 76, 10 personas lo vieron, entre dos lo recogieron y le dijeron…


y podría poner más ejemplos.

Algo similar pasó con los celulares, los smartphones, tablets; en resumen: Las computadoras portátiles.

La pandemia vino a cambiar todo. Hoy lo que los Psicólogos, Pedagogos, Educadores y m´s profesionales relaconados con el desarrollo y educación de los más jóvenes decían que era malo, resulta ser que es la herramienta necesaria para poder "aprender desde casa". Por lo tanto me pregunto: ¿Estamos conscientes de lo bueno o lo malo? o quizá sea algo más simple: Si no lo conozco, lo rechazo.

Y los que sí lo conocen ¿Por qué no estaban de acuerdo con su uso? Un ingeniero, Marco Aurelio Gutierrez que es el pilóto de la caja de cartón en www.tlciudadana.com.mx me dijo alguna vez: "El día que supe que algo se puede programar, entre ello los videojuegos, dejé de jugar y decidí investigar cómo hacerlos". Tomando ésta idea, y para concluir, sólo quiero decir: Las herramientas no son ni malas ni buenas, pero el prohibir su uso no sólo limita aprender a usarla, que tarde que temprano se usarán y lo vemos en estos momentos. Esas herramientas deberían ser aprendidas para enseñar y la creatividad sea encaminada a algo más productivo, porque: talento tenemos, sólo falta apoyarlo y para hacerlo, no hay que rechazar lo desconocido.